El trayecto del viaje fue el siguiente: el viernes después del trabajo Nacho (otro compañero) nos llevó al aeropuerto de Miami desde donde volamos a Houston. Allí aterrizamos pasadas las 8 de la tarde y, tras recoger el coche que habíamos alquilado, nos fuimos directo al hotel para dormir porque estábamos muy cansados. Al día siguiente nos levantamos muy pronto para desayunar e irnos a conocer el centro de Houston, que es básicamente lo único que tiene la ciudad para visitar (según nos habían dicho).
De ahí salimos para San Antonio, donde debíamos reunirnos con Asier y Sergio, becarios ICEX de Chicago. De camino Monti tuvo la brillante idea de desviarnos para visitar el Canyon Lake, que en el GPS parecía muy grande pero cuando llegamos estaba cerrado y además no tenía nada atractivo. Fue la gran cagada del viaje, pese a que se niegue a reconocerlo.
Con Monti y las “espectaculares” vistas del Canyon Lake.
San Antonio fue quizás la ciudad que más me gustó, ya que de Austin lo mejor es la gente y el ambiente. Pero como ciudad, San Antonio es la más interesante de ver. Además del Álamo, cuenta con algunas iglesias fundadas por las misiones jesuitas hace algunos siglos, y un paseo junto al río (el riverwalk) muy bonito.
Una calle de Lockhart.
Y por la tarde llegamos a Austin, sede de la Universidad de Texas y capital del Estado. Quizás lo más bonito desde el punto de vista turístico fuera el Capitolio. Después nos fuimos a un puente de donde llegan a salir 1.500.000 murciélagos cuando se pone el sol. Claro que eso es en verano, así que después de pasar dos horas mirando al puente, conseguimos ver tan “genial espectáculo” (menos Xabi, que estaba por ahí haciendo fotos y llegó para el tramo final). No sé cuántos habrán sido ni quiénes contarán estas cosas, pero desde luego no era para tanto. Imagino que en verano sí tiene que ser impresionante.
Yo de espaldas, mirando al Capitolio.
El Capitolio.
El muelle desde el que vimos los murciélagos.
Desde la segunda ventana de la derecha, empezando por arriba, Lee Harvey Oswald supuestamente disparó a JFK.
Y ya nos fuimos para el aeropuerto, de donde volamos a Miami con escala en Houston. Así que al final nos dio tiempo a hacer todo lo que queríamos y pudimos ver las cuatro ciudades más importantes del Estado. Y ya no creo que vuelva para el Oeste hasta las ferias de Los Ángeles y San Francisco (si me las aprueban), aunque en Austin comenzó a gestarse una quedada de todos los becarios de Estados Unidos en Las Vegas. A ver si nos organizamos…
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