El primero en votar

Después del mitin de Obama me monto en un taxi para regresar a casa. El conductor, como casi todos, habla un inglés extraño y probablemente haya nacido en Haití. Me pregunta por el candidato demócrata. Dice que todo parece indicar que va a ganar, pero que nunca se sabe. “Esto es como el fútbol. Si marcas un gol no te puedes relajar; tienes que ir a por el segundo y el tercero si es posible. Sino corres el riesgo de que te marquen en los últimos minutos”, reflexiona.
Me cuenta que el día de las elecciones se levanta a las 4 de la mañana, se ducha, desayuna y se va a hacer cola para votar. “La última vez llegué bastante antes de que abrieran los colegios electorales. Cuando llegó la señora responsable me preguntó que qué hacía ahí. Me gusta ser el primero en votar, nadie lo hace antes que yo”, me cuenta. Le digo que desde el lunes se puede votar anticipadamente, a lo que responde: “Yo quiero ver que mi voto entra en la urna. No me fío de cualquier otro método que no sea el de toda la vida”. Así piensan en el país de la libertad y la democracia.

Gracias a Juan Antonio por la aportación.