Marine por un día

Ayer al llegar a casa bajé a revisar el correo, a ver si por fin me había llegado el pin de la tarjeta. Al abrir el buzón descubrí que había una carta para mí, pero no era de mi banco. El remitente era el Selective Service System. En un principio pensé que me había ganado mi primera multa en EE UU, pero cuál fue mi sorpresa al comprobar lo que había dentro: una carta de agradecimiento por haberme alistado en el ejército. Os podéis imaginar mi cara. Cuando uno se emborracha dice cosas de las que se arrepiente luego, o hace llamadas que no debe. Pero no conozco a nadie que se haya alistado en el ejército por haber bebido, así que descarté esa opción. Tampoco podía tratarse de una broma de mis compañeros, pues sería de demasiado mal gusto y no los creo capaces. Pero al llegar al final de la carta respiré aliviado al leer la nota que decía que si yo era un inmigrante con visado en regla y había sido inscrito por error podía “desenrolarme” enviando la carta de vuelta a una dirección que me facilitaban. Huelga decir que fue lo primero que hice esta mañana nada más llegar a la Oficina. Y es que a mí eso de verme de militar, en Afganistán y defendiendo a un país que ni siquiera es el mío mucha ilusión no me hacía. Os dejo una copia del folleto que me enviaban junto con la carta de agradecimiento, y que no me hizo dudar ni por un momento que eso no era para mí.