Lluvia de estrellas

Este sábado, después de ver el debut oficial de Maradona al frente de la albiceleste, me fui para Key Biscayne a ver a Rafa Nadal en su primer partido del torneo. Se enfrentó a un ruso de nombre impronunciable al que despachó rápidamente con un doble 6-2. Después del partido nos fuimos unos cuantos al centro de Miami a cenar a un bar que es de unos argentinos y donde ponen lomitos, cerveza Quilmes, empanadas, etc. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que Rafa Nadal había elegido el mismo sitio para cenar, pero como estaba rodeado y no quisimos molestarlo una de las chicas que venía con nosotros se acercó y le dijo que si cuando terminara nos podíamos hacer una foto con él, a lo que accedió sin problemas.
Mientras comíamos nos vimos a Nalbandian (también hay foto) y a Matías Martin (periodista argentino). Y cuando Nadal ya se iba nos hicimos la foto y lo felicitamos por la victoria, lo que nos agradeció mirando timidamente al suelo. Como el grande que es posó encantado. Yo para evitar que me pasara lo que me pasó con Rodman, cuando casi me quedo fuera de la foto, me puse al lado suyo y puse mi mano sobre su hombro. Debo admitir que toqué músculos que no sabía que existieran, y luego comentándolo en la mesa con el resto de la gente caímos en la cuenta de que todos habíamos hecho lo mismo, de ahí la cara de susto que tiene en la foto supongo.
Por último nos fuimos a una discoteca que estaba al lado y ahí vimos a Luciana Salazar. Antes, cuando salíamos del estadio, nos habíamos encontrado de frente con Alejandro Sanz. Así que fue un sábado raro, repleto de famosos, más parecido a lo que uno se imagina que es Miami antes de venir.

Con Monti en la pista central de Key Biscayne.

Con la pista de fondo, al final del partido.
Con Rafa Nadal, perdido entre todos nosotros. Atentos al detalle del hombre de la izquierda, que posó para una foto que nunca verá.
Otra vez con Nadal.
Trío de cordobeses. Luis, Nalbandian y yo. No sabemos si se comió un asado, pero sí que tiene menos onda que una regla.